LA ÉTICA COMO PRIORIDAD
Manuel Gonzáles Prada escribió en referencia a
la corrupción, caos y violencia de su época “donde pones el dedo salta la pus”.
Nuestra realidad ha superado este concepto.
El terremoto social en la escala Odebrecht ha
originado en varios países de América, incluido el Perú que ahora la pus
salta sin ponerse el dedo. La actuación de los ex presidentes, ministros,
asesores y principales funcionarios, además los procesos de investigación,
noticias y acciones del actual gobierno demuestran que la corrupción está
institucionalizada en las diferentes instancias de gobierno, siendo las
máximas autoridades los agentes operadores de recibir coimas y sobornos a
cambio de la emisión de leyes, decretos supremos, de urgencia, contratos,
adendas, informes, etc. que faciliten “ganar” licitaciones, sobrecostos y arbitrajes,
aun siendo éstos, como el caso del aeropuerto Chinchero, lesivos a los intereses del Perú.
Lo peligroso es que convivimos con ello y lo
asumimos como algo normal y cotidiano.
No olvidemos,
a más corrupción más violencia, más inseguridad y más pobreza.
Nosotros, profesoras y profesores, como
profesionales de la educación y protagonistas de la función pública debemos
pronunciarnos y actuar para erradicarla con todas nuestras fuerzas.
EDUCACIÓN proviene del vocablo educere, que significa conducir, guiar,
desarrollar lo que está implícito, lograr que una persona haga por sí misma, lo
que debe hacer, etc. y, ÉTICA, del griego ethos: moral, carácter, costumbres;
es la ciencia que trata de la moral,
de su origen y desarrollo de sus reglas, principalmente de las normas de
conducta de los hombres, de sus deberes hacia la sociedad, hacia la patria y el
Estado.
La Moral como conjunto de normas establecidas dentro de la sociedad y como
tal, ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus
integrantes. En cambio la Ética surge como tal en la interioridad de una
persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección.
En las normas morales destaca la presión externa, en cambio en las normas
éticas destaca la presión del valor captado y apreciado internamente como tal.
La labor docente, se puede definir como "la actividad personal, puesta
de una manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio,
a impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona
humana".
Las maestras y maestros actuamos por: vocación,
es decir que hemos elegido libremente nuestra profesión, ejercitarlo bien, con
calidad y pertinencia nos garantiza éxito en nuestra labor; además, su finalidad
como cualquier otra profesión es el bien
común; sin este concepto, se convertiría en un medio de lucro o de honor, o
simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio sujeto.
Las maestras y maestros tenemos el compromiso
de formar integral y éticamente a nuestros estudiantes, por tanto debemos
erradicar todo acto de corrupción, velada o abierta, que se presentan en
las instituciones educativas como:
·
No tener la programación anual y bimestral de acuerdo a la realidad de la
I. E. (se compra, se fotocopia, se presenta);
·
No planificar ni preparar las sesiones de aprendizaje;
·
No lograr las capacidades en nuestros estudiantes y promoverlos de grado;
·
Tomar evaluaciones a todos por igual sabiendo que sus estilos y ritmos de
aprendizaje son diferentes;
· Ocultar información;
· Dejar cantidad de actividades y/o tareas y no revisarlas;
· No cumplir con el mínimo de horas de clases en el nivel o modalidad;
· No realizar las supervisiones o monitoreos programados, etc.;
· No cumplir con el cuadro de horas alterando los horarios;
· Impuntualidad e inasistencias injustificadas;
· Ingresar tarde a las horas de clases estando en la I. E.;
· Retirarse de clases o de la I. E. antes de que termine las horas
programadas;
· No participar en la formación de los Lunes y/o actividades programadas;
· Retirar a los estudiantes de la clase;
· No utilizar los libros distribuidos por el Minedu, supuestamente por
ser “muy sencillos”, “elementales”, etc.
sin demostrar lo contrario;
· Solicitar materiales (cartulina, papel, plumones, etc.) y no utilizarlos
para el aprendizaje de los estudiantes;
· Solicitar compra de libros y no utilizarlos o utilizarlos sin revisar cada
una de las tareas que realizan los estudiantes;
·
Venta de libros y cobro de cheques adelantados de las Editoriales para la
venta de sus libros o recibir PC a cambio de estas ventas;
·
Promover la venta de fotocopias con sobreprecio;
·
Desaprobar estudiantes y cobrar para aprobarlos.
·
Maltrato psicológico (uso de adjetivos contra los estudiantes, apodos,
insultos, sacarle los zapatos, prohibirle la salida al recreo, el consumo de su
lonchera, etc.);
·
Insinuaciones verbales, acoso;
·
Tocamientos indebidos a las estudiantes;
·
Maltrato físico;
·
Guardar silencio en casos de bullying;
· Parcializarse en las evaluaciones de los estudiantes y/o colegas;
· Generar rumores y chismes;
· Oponerse por oponerse o por cuestiones personales, de grupo o políticos;
· No informar oportunamente situaciones que afectan a la I. E.;
· Adulteración de documentos;
· Abandono de cargo;
· Permitir la suplantación de colegas;
· Formar grupos y generar conflictos;
· Realizar denuncias sin pruebas ni fundamentos;
· Utilizar los equipos o bienes de la I. E. para fines individuales o
particulares;
· Recibir donaciones para la I. E. y apropiarse ilícitamente;
· Coludirse con otros (docentes, padres, etc.) para solicitar el retiro del
director(a) y/o colegas;
· Formar grupos al interior de la I.E. y favorecer a alguno de ellos;
· No aplicar la normatividad a todos por igual;
· Favorecer la designación del personal por color político, padrinazgo o
carné;
· Tomar represalias, luego de alguna crítica y observaciones a sus funciones
y/o gestión;
· Demora en la tramitación de expedientes para favorecer a otros;
· Realizar cobros indebidos;
· Realizar actividades y no rendir cuentas;
· Promover la meritocracia para el profesorado y no para los allegados o
amigos que llevan al ministerio como asesores y/o funcionarios;
· No cumplir las funciones como autoridad perjudicando a la modalidad, ciclo
y/o nivel educativo;
· No cumplir con las normas legales de la modalidad o nivel educativo;
· Tener antecedentes cuestionables y aferrarse al cargo;
· Utilizar el cargo para beneficiarse personal y/o colectivamente;
· Decir una cosa y hacer otra;
· Hacer los TdR según el C. Vitae del postulante;
· Ordenar retirar algún postulante porque no es de su agrado;
· Utilizar su cargo para beneficiarse;
· Permitir la corrupción y no combatirla.
Este contexto exige compromiso y acción. Actuemos
frontalmente y asumamos una conducta honesta, dentro y fuera del ejercicio de
la profesión docente, ganaremos la confianza de nuestra comunidad educativa;
además, tendremos el prestigio y motivación que nos hará crecer en lo personal,
en lo profesional y en lo social.
NO OLVIDEMOS, A MÁS CORRUPCIÓN MÁS VIOLENCIA,
MÁS INSEGURIDAD, MÁS
POBREZA.
ALCIDES TORRES PAREDES, Docente del Ceba 3016
“Ricardo Quimper” y
Evaluador de competencias profesionales Recertificado por
el Sineace.
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