Ningún lugar de la ciudad es seguro. Los altos índices de robos, asaltos,
extorsiones, muertes, accidentes, narcotráfico y sicariato, etc., es decir, violencia
e inseguridad, lo comprueba. Lo dijimos: a más corrupción, más violencia, pues, la corrupción es un factor que abona
esta situación, pues no hay sanciones ejemplares. E incluso decíamos que
parecían bandas organizadas y ahora lo vamos verificando que éstas se dirigen
desde las más altas esferas de los gobiernos. No en vano, hay varios ex presidentes
cuestionados por actos de corrupción.
Los casos Oropeza, Orellana, Belaunde Lossio, Alvarez (presidente regional
de Ancash), Torres (alcalde de Chiclayo), “la centralita”, etc., nos lo recuerdan
diariamente. Las redes que tienen aún en el Poder Judicial, Ministerio Público,
Sunarp, Contraloría, Ministerios, Congreso, etc. necesitan ser descubiertas y
sancionadas ejemplarmente.
El tema es que la corrupción está
institucionalizada en diversos ámbitos de la sociedad, en sus instituciones y,
más en la administración pública, donde tienen luz verde para ello. Los lobbies
y negociados ministeriales, el reglaje y chuponeo de la DINI, las compras
electorales de pañales y demás cosas para el clientelaje político de los
programas sociales lo van comprobando.
Lógicamente, las “autoridades” frente a esta situación siempre repiten lo
mismo: “necesitamos diálogo”, “aquí presentamos un nuevo acuerdo
anticorrupción”, “hemos duplicado y triplicado el presupuesto para la lucha
anticorrupción”, “hemos fortalecido a la fiscalía y policía nacional”,
“solicitamos facultades para legislar sobre estos temas”, etc. pero en
realidad, con otras palabras y acciones la CORRUPCIÓN se oficializa: “No
debe ser investigada, pues, no es funcionaria pública”, “La tarjeta no es suya,
es de su amiga”, “Eso, es un refrito”, “Daremos un recompensa por su captura”, “Es persecución política”, “La pérdida de los pañales
fue en la gestión anterior”, “Sobre las ambulancias, yo no sé nada, pregúntenle
a la ministra anterior”, “Los ministros venían y me decían: ¿quiénes vamos a
salir?”, “No veo dónde hay tráfico de influencias”, “No hice lobbie en los
contratos petroleros, renuncié antes de ser ministro?, “No es cierto, es sólo
una percepción que tiene la ciudadanía”, “No sean mezquinos, yo los invité
¿cuál es el problema?”, “No lo blindaremos en la investigación”, “Hicimos el
informe donde hay indicios y delitos de corrupción, pero por mayoría la
comisión de fiscalización lo archivó”, “No lo podemos expulsar, es un invitado de
nuestro partido político”, “Ya no iré a la reelección regional”, “Pongo las
manos al fuego por el presidente regional”, “Lo hice cumpliendo la ley”, “Todo
está en investigación”, “No importa que nos robe, lo importante es que hace
obras”, “Los primeros de nuestras listas congresales o regionales se los escoge
por su plata, perdón por sus méritos”, “Lo hice respetando la normatividad”, “Es
un complot de mis adversarios”, “Es una campaña de los medios de comunicación”,
“No es repartija, es democracia”, “Eso
lo veremos en el próximo pleno”, “Es de nuestro partido, pero ya retiramos su
militancia”, “El partido no puede responsabilizarse de lo que hagan sus
militantes”, etc. lo demuestran.
Otros, también dirán: no sean mezquinos, por eso di
“los narcoindultos”, “por eso la plata me llega sola”, “yo no fui, fue mi
suegra la que compró inmuebles”, “por eso mandé retirar los millones de
comunicore con humildes trabajadores de mi confianza”, “hoy tenemos más obras
que nunca”, “por eso mandé destituir fiscales que me investigan, matar a todos
mis opositores políticos y ya no postularé a la reelección de la región”, etc.
La corrupción vive y convive a nivel de las relaciones que tienen las personas
y/o instituciones y/o empresas con “autoridades” o “personalidades” que
ostentan el poder. Queda claro entonces, seguiremos con el circo, las cortinas
de humo, los lobbies, las repartijas, más muertes, más clientelaje político con
los programas sociales, luz verde para la corrupción, la inseguridad, la
violencia, la pobreza, etc.
Por último, un narcoestado está en camino y sus tentáculos ya están formalmente establecidos, principalmente en
los gobiernos locales y regionales.
"La honestidad marcará
la diferencia" = "donde se pone
el dedo salta la pus"
¡ MOVILIZACIÓN SOCIAL CONTRA LA CORRUPCIÓN !
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