sábado, 6 de junio de 2015

A MÁS CORRUPCIÓN MÁS VIOLENCIA

A MÁS CORRUPCIÓN MÁS VIOLENCIA

Ningún lugar de la ciudad es seguro. Los altos índices de robos, asaltos, extorsiones, muertes, accidentes, narcotráfico y sicariato, etc., es decir, violencia e inseguridad, lo comprueba. Lo dijimos: a más corrupción, más violencia, pues, la corrupción es un factor que abona esta situación, pues no hay sanciones ejemplares. E incluso decíamos que parecían bandas organizadas y ahora lo vamos verificando que éstas se dirigen desde las más altas esferas de los gobiernos. No en vano, hay varios ex presidentes cuestionados por actos de corrupción.

Los casos Oropeza, Orellana, Belaunde Lossio, Alvarez (presidente regional de Ancash), Torres (alcalde de Chiclayo), “la centralita”, etc., nos lo recuerdan diariamente. Las redes que tienen aún en el Poder Judicial, Ministerio Público, Sunarp, Contraloría, Ministerios, Congreso, etc. necesitan ser descubiertas y sancionadas ejemplarmente.

El tema es que la corrupción  está institucionalizada en diversos ámbitos de la sociedad, en sus instituciones y, más en la administración pública, donde tienen luz verde para ello. Los lobbies y negociados ministeriales, el reglaje y chuponeo de la DINI, las compras electorales de pañales y demás cosas para el clientelaje político de los programas sociales lo van comprobando.

Lógicamente, las “autoridades” frente a esta situación siempre repiten lo mismo: “necesitamos diálogo”, “aquí presentamos un nuevo acuerdo anticorrupción”, “hemos duplicado y triplicado el presupuesto para la lucha anticorrupción”, “hemos fortalecido a la fiscalía y policía nacional”, “solicitamos facultades para legislar sobre estos temas”, etc. pero en realidad, con otras palabras y acciones la CORRUPCIÓN se oficializa: “No debe ser investigada, pues, no es funcionaria pública”, “La tarjeta no es suya, es de su amiga”, “Eso, es un refrito”, “Daremos un recompensa por su captura”, “Es persecución política”, “La pérdida de los pañales fue en la gestión anterior”, “Sobre las ambulancias, yo no sé nada, pregúntenle a la ministra anterior”, “Los ministros venían y me decían: ¿quiénes vamos a salir?”, “No veo dónde hay tráfico de influencias”, “No hice lobbie en los contratos petroleros, renuncié antes de ser ministro?, “No es cierto, es sólo una percepción que tiene la ciudadanía”, “No sean mezquinos, yo los invité ¿cuál es el problema?”, “No lo blindaremos en la investigación”, “Hicimos el informe donde hay indicios y delitos de corrupción, pero por mayoría la comisión de fiscalización lo archivó”, “No lo podemos expulsar, es un invitado de nuestro partido político”, “Ya no iré a la reelección regional”, “Pongo las manos al fuego por el presidente regional”, “Lo hice cumpliendo la ley”, “Todo está en investigación”, “No importa que nos robe, lo importante es que hace obras”, “Los primeros de nuestras listas congresales o regionales se los escoge por su plata, perdón por sus méritos”, “Lo hice respetando la normatividad”, “Es un complot de mis adversarios”, “Es una campaña de los medios de comunicación”, “No es repartija, es democracia”,  “Eso lo veremos en el próximo pleno”, “Es de nuestro partido, pero ya retiramos su militancia”, “El partido no puede responsabilizarse de lo que hagan sus militantes”, etc. lo demuestran.

Otros, también dirán: no sean mezquinos, por eso di “los narcoindultos”, “por eso la plata me llega sola”, “yo no fui, fue mi suegra la que compró inmuebles”, “por eso mandé retirar los millones de comunicore con humildes trabajadores de mi confianza”, “hoy tenemos más obras que nunca”, “por eso mandé destituir fiscales que me investigan, matar a todos mis opositores políticos y ya no postularé a la reelección de la región”, etc.

La corrupción vive y convive a nivel de las relaciones que tienen las personas y/o instituciones y/o empresas con “autoridades” o “personalidades” que ostentan el poder. Queda claro entonces, seguiremos con el circo, las cortinas de humo, los lobbies, las repartijas, más muertes, más clientelaje político con los programas sociales, luz verde para la corrupción, la inseguridad, la violencia, la pobreza, etc.

Por último, un narcoestado está en camino y sus tentáculos ya están formalmente establecidos, principalmente en los gobiernos locales y regionales.

"La honestidad marcará la diferencia""donde se pone el dedo salta la pus"


¡ MOVILIZACIÓN SOCIAL CONTRA LA CORRUPCIÓN !