sábado, 9 de junio de 2012

AUTONOMÍA PARA LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS

Hablar de AUTONOMÍA de las Instituciones Educativas públicas debemos iniciarla comprometiéndonos con el Art. 66 de la Ley General de Educación que señala: “La Institución Educativa, como comunidad de aprendizaje, es la primera y principal instancia de gestión del sistema educativo descentralizado. En ella tiene lugar la prestación del servicio. Puede ser pública o privada.  Es finalidad de la Institución Educativa el logro de los aprendizajes y la formación integral de sus estudiantes. El Proyecto Educativo Institucional orienta su gestión.”

Tomemos algunos aspectos como diagnóstico, donde la labor del personal directivo es clave:

PERSONAL DIRECTIVO:

Son el DIRECTOR y los SUBDIRECTORES.

De acuerdo al Art. 55° de la Ley General de Educación: El director es la máxima autoridad y el representante legal de la Institución Educativa. Es responsable de la gestión en los ámbitos pedagógico, institucional y administrativo.”

La mayoría son nombrados. Los cuales al tener nombramiento hacen de su labor RUTINA, y al no haber EVALUACIÓN cualquiera sean sus resultados la considera óptima. 

Son muy pocos los que cuentan con los instrumentos de gestión elaborados técnicamente y con participación de la comunidad educativa.  Muchos docentes cuando se les pregunta por ellos, comentan que “son los mismos del año pasado”, otros “que sólo los de la comisión la conocen”, “no nos hemos reunido para ello”, “que el director no convoca para su discusión”, etc., etc.

Sus funciones NO las realiza técnicamente. Por ejemplo, tiene su PEI pero no monitorea y lo evalúa durante su implementación;  aplica la técnica Foda para el diagnóstico y no prioriza los problemas ni las estrategias para resolverlos (por ello todos los años siguen diagnosticando los mismos problemas), etc.

EN LA GESTIÓN PEDAGÓGICA:

No cumple su función principal que es lo PEDAGÓGICO, dentro de ello, la supervisión, MONITOREO y evaluación de los procesos pedagógicos, principalmente la ejecución y desarrollo de las sesiones de aprendizaje, teniendo en cuenta que es aquí donde los estudiantes deben lograr su formación académica.

Si no preguntemos los profesores de educación secundaria, ¿cuántas veces hemos sido supervisados por nuestros Directores?

Esta labor las delega a los Subdirectores del nivel educativo, que nuevamente reflejan NO cumplir sus funciones técnicamente, sino veamos: el PCI tiene los objetivos estratégicos pero no los desagrega adecuadamente para trabajarlos durante el año escolar y menos, se propone indicadores para evaluar su avance; aún no comprende que diversificar el DCN en el marco de la misión, visión y los valores asumidos por la institución educativa nos da autonomía pedagógica, por ello no garantiza la coherencia existente entre el PCI, la programación anual, las unidades didácticas y las sesiones de aprendizaje.

No evalúa el desempeño del personal y en el caso del personal docente no los relaciona con los logros de aprendizaje de los estudiantes.

Planifica las actividades académicas y administrativas (copia las mismas actividades todos los años), las programa en el PAT pero no las presupuesta, no gestiona fuentes de financiamiento para su ejecución; no establece indicadores de impacto, menos monitorea, evalúa y/o propone los planes de mejora respectivos como corresponde.

Además, los directores encargados, como también los subdirectores, (que en su mayoría fueron designados por cercanía a la filiación política de la instancia superior) no cumplen el perfil para dicho cargo. Este incumplimiento, también se dio en el último concurso para Encargaturas de Dirección, sino, recordemos lo sucedido en Lima Metropolitana, que ni el 5% de los postulantes aprobaron el examen respectivo.

EN LA GESTIÓN INSTITUCIONAL

La asume, como la interacción formal con la UGEL, con la tramitación de documentos,  con aceptar como “bueno” todo lo que viene de las instancias superiores.

Olvida que debe GESTIONAR, es decir lograr sus objetivos y metas previstas en lo pedagógico, institucional y administrativo.

Tiene como debilidad el desconocimiento de las normas legales y si no es así, la aplica de acuerdo a sus intereses o de grupo, por lo tanto perjudica a la institución educativa.

No implementa un adecuado sistema de comunicación (no todo debe ser memorándum) con la comunidad educativa.

No compromete su actuar con la participación organizada de los CONEIs y APAFA, menos con otras organizaciones del entorno.

Además, la selección para Directores siempre a sido cognitiva (sólo exámenes de conocimiento) lo que no  garantiza la práctica de buenas relaciones humanas o tratamiento adecuado para la solución de conflictos interpersonales, por ello, en muchos casos el clima institucional no favorece a la gestión escolar.

La RENDICIÓN DE CUENTAS la asume sólo de la parte económica.  No olvidemos, que en los últimos años los Directores han recibido recursos económicos (mil quinientos nuevos soles por aula, en muchos casos) que debieron invertir en el mantenimiento de infraestructura de las instituciones educativas, donde se ha demostrado falta de iniciativa, poca capacidad de gestión en este rubro, informalidad en su actuación, etc. Incluso, muchos, demoraron su implementación y otros, hicieron devolución de dinero, habiendo tantas necesidades de este tipo en las escuelas.

Pero, esta función también debe cumplirse en lo Pedagógico, es decir en el logro de los objetivos estratégicos del PEI, de los objetivos e indicadores (de proceso y de impacto) previstos en el PCI, del logro de aprendizajes de los estudiantes, del desempeño docente en la ejecución de las sesiones de aprendizaje, del uso de materiales educativos, del desarrollo de actividades de investigación, del sistema de evaluación de los aprendizajes, de la tutoría, del desarrollo de actividades afectivas, cognitivas y conativas en la comunidad educativa, del cumplimiento real de las horas efectivas de clase, de la producción académica de los estudiantes en las diferentes áreas curriculares (portafolio escolar), etc., etc.

Hace muy poco para generar una cultura de evaluación y autoevaluación de su gestión y dar cuenta de ella ante la comunidad educativa.

¿ QUÉ HACER ?

Reiterando que el liderazgo del Director y/o del personal directivo es fundamental para la gestión de las instituciones educativas, daremos algunas sugerencias:

·  Dar incentivos económicos a los que tienen más de 10 años en el cargo para que renuncien voluntariamente.
·  Evaluación de los Directores y Subdirectores actuales, en conocimiento, desempeño y producto, por instituciones acreditadas por el SINEACE. Si no aprueban, participan en el concurso de direcciones.
·  Convocatoria a Concurso de Direcciones y Subdirecciones (Designación por 5 años en la plaza a la que postula, monitoreo en gestión, luego evaluación y si aprueba se le ratifica en el cargo); los que no aprueban, regresan a la función docente según sus títulos y/o especialidades.
·  Capacitación a los nuevos directores en gestión de calidad.
·  Normar la participación del CONEI en la gestión escolar, con reunión mensual de trabajo y evaluación de los avances del PAT, PCI, etc.
·  Bonificación especial por logros esperados en el marco de la Matriz de Estándares de IPEBA.
·  Publicación de los informes de gestión anual en la web de las UGEL.

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